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El Ictiocefalolalista

CHACRA DE SEVERAS HORTALIZAS

Agustín Carrera plantó severas hortalizas y dejó entreverar cítricas críticas a desacostumbrada horda de pelafustanes mujeriles, entregadas a los placeres del descascaro de paredes y, quizás necesitadas de muchas duchas de agua fría.   Actualizada hoy después de ayer, por Veri Cueto (www.cahuin.cl) Copyright ©          El casi vate de la provincia del Merken Agustín Carrera se sumó al delicado oficio de la siembra de hortalizas; y criticó el descascaro recalcitrante originado en las postrimerías de la frontera ilimitada de la picante provincia del Merken; a pasos de la de más allá, pero muy cerca de la que está acá.          Las almácigas bullían de perejiles y cilantro; y las hilachas de cada paletó remendado parecían colgajos de cebolleta, ajo y cachos de cabra.          En una ponencia contagiada de humor; el casi vate dijo lo que dijo sin atribuirle decires a nadie. “El erotismo no tiene mucha relación con mis casi versos y, viceversa, los casi versos jamás habrían hablado de esto sin antes asear minuciosamente el papelero del escritorio; ni aceitado las patas ferrosas del viejo camastro; ni sacudido el polvo de las sábanas” nadie le entendió mucho, pero las muecas de algunas féminas presentes insinuaron hacerlo.         Agustín Carrera continuó con su ponencia a todo cachete como solía hacerlo siempre. “Nunca le he sacado la nalga a la aguja acerada, ni a la zarzamora campestre” “Y reafirmo ahora ante todas las presentes lo que antes dije”: Considero que las mujeres son más hermosas cuando dejan de pensar como brujas y, se transforman en las amantes de sus propios esposos.          Agustín Carrera fue apoyado esta vez por la editora del pasquín “La Oreja de Van Go” Vanessa Gomez, y por un grupo de patacheros divorciados que, entre boleros del Lucho Gatica y las milongas del Zorzal, vitorearon sus arcaicos comentarios de macho engominado, y sin deshinchar el velamen de una actividad organizada por féminas cuarentonas y algo abandonadas por las manos de Eros; las que además esperaban a la suerte de la olla que un  grillo bailarín, las pisoteara en cada vals y milonga, mientras sonasen bellas melodías  en el viejo tocadiscos de dos bocinas.          "Él estaba expresando una opinión” dijo Vanessa Gomez al rato, mientras lo asistía en su cabeza; después que éste se encontró con la manecilla de una palmatoria enlozada, volando por los aires en busca de sus sienes plateadas.          "Hablando como lo hago yo; no me merezco tal vileza” Sugirió al bullicioso cacareo del auditorio. “Amo a las femenina” ¡Créanme! Espetó. Pero el sentido de pertenencia no debe ser motivo de humillación o subyugación; ni menos motivo de agresión.          Acaso ustedes no pertenecen a un club de mujeres; si es así, no creo que esto las minimice o les haga perder su calidad de mujeres libres. Acaso ustedes no pertenecen a una determinada religión, siendo así; la religión a la cual pertenecen no las minimiza ni humilla. Acaso ustedes no pertenecen a un centro de padres donde sus hijos estudian; si es así ¿Dejan de ser mujeres? Por qué entonces les molesta pertenecer a la arcaica institución del querer; donde está y además pertenece quien las quiere. ¿Por qué reaccionan ante este tipo de pertenencia? Deberían estudiar su actual conducta. Les sugirió. Su actitud no les hace bien. Ni a ustedes; ni mucho menos le hace bien a quienes las aman.            ¿Acaso ustedes no exigen pertenencia a los hombres que aman? La pertenencia del amor es saludable y muy buena para la salud mental de ambos amantes.         "Perdón” gritó una de las presentes. “Ahora estoy entendiéndolo” ¿Y que dice su compañera? preguntó antes de levantarse desafiante de su butaca.          - Estoy completamente feliz a su lado. Lo soy por que él me ha hecho sentir que le pertenezco; que soy parte de si mismo; que soy su costilla.          Él por su parte me ha expresado en reiteradas ocasiones lo mismo; pero de una manera más poderosa “Eres mía” me ha dicho. Y esto; sus extremas palabras, me hacen sentir que es así; que sencillamente le pertenezco; que soy suya; parte esencial de él. Y por este sólo hecho, él nunca heriría carne de su carne, hueso de sus huesos. ¡Hay mejor explicación; mejor expresión de amor! Creo que estas son las palabras más sabias y amorosas que alguna vez escuché en un hombre de verdad; autentico y poderoso. Es poderoso por que puede decir que le pertenece alguien en particular; pero no lo hace de cualquier manera; lo hace en el sentido de que es parte suya y que la necesita a su lado. Confiesa su necesidad; su dependencia.          Pero eso no es todo; mi compañero de vida me hace sentir como alguien muy especial cada vez que escribe algo; pues siempre me ha dicho que soy su inspiración. Él está tan metido en su tema de escritor que a veces me rapta para inspirarse en versos de enamorado; me seduce, me somete con caricias y como dice él, con pataches de querer.         No baila bien, pero es divertido verlo intentarlo cada vez que lo hace. No cocina como un chef, pero agradezco cada una de sus exquisitas cenas. No es influyente ni nadie le pide autógrafos en la calle, pero está tan convencido de su querer literario, que me conmueve de los pies a la cabeza por su convicción de amante. ¡Ese es un verdadero hombre que sabe soñar!          Los patacheros aplaudieron a rabiar a la editora y, lentamente se sumaron las mujeres del debate. El casi vate por su lado asomó lágrimas y dio un beso de película a su ardorosa defensora.  Plop 

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