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El Ictiocefalolalista

Las patas y el buche de Carrera

Diario: Visos de Fígaro, por Inacho Nechio

Chiguayante, hoy del año 2006

Los pergaminos del poeta de la provincia del Merquen son delirantemente picantes; aunque plausibles desde el punto de vista de la perseverancia; del buen vestir y eso de creerse el cuento del tío. El muy fresco se ha atrevido a so licitar apoyo de sus pares más connotados para ganar un concurso literario; el método ya no importa por lo visto. En la pagina editorial del pasquín “Visos de Figaro” - que le hace competencia al otro pasquín de la provincia “La Oreja de Van Go”, se dice que su trabajo debe ser evaluado y posteriormente, si es bueno debe ser avalado, en especial por todos los fantasmas de los últimos Héroes de las Palabras; vivos y no tanto, que aún residen en las sinuosas imperfecciones de la extensa geografía planetaria. Se inscribieron para apoyarlo entre otros vates y escritores: Pablo de Rosca, Pablo Menuda, Henríquez Lafurcade, Armado Uribe, Vigente Huiderobos, Zalo Rojas, Henríquez Lihn, Nicolas Parra, Juan Manuel Serrat, Nicanor Barra, Gaby Mistrala, Jorge Taller, Miguel Altecho, Raul Curita, Andes Sabella, Desde luego se sumaron a esta nómina sus escasos amigos, como es el caso del vate Pedro Urdemales, Pepo Plop, Guatón Loyola, Vanesa Gomez, la directora del pasquín “La Oreja de Van Go”, una desconocida llamada Tatti Paraola, un prestidigitador de origen árabe Abra Cadabra, su muelero oficial Mauro Asturra de Porquereías, una osita de peluche llamada cariñosamente Pamela Anderson.Sin embargo esto provocó polémicas y contradicciones. Por un lado estaban los intelectuales con su agotadora falencia emotiva; y por el otro costado del barquillo se reconoció que había recurrido astutamente a la abrumadora originalidad del sendero del cangrejo y, que por lo demás, eran los seres del mundo acuático que también lo estaban apoyando incondicionalmente. La gran marejada tiene los arenales llenos de residuos estupefactos con sus odiosas críticas; ellos, los cangrejos se encargan de limpiar aquello. Las aguas contaminadas dejan después de abrazar la playa, ese mugrenterio que asfixiaría hasta el mismo botadero de basura municipal. Son los enemigos ocultos detrás de la trastienda del vate querendón y patachero. El sesgo sentimental de su llamamiento exótico; desecha la espontaneidad por la caída lisa y armónica del planchado de sus pantalones. El árbitro de fútbol que por lo demás usa pantalones cortos, se comunica mediante una pitada brusca y cortante, pero inteligible por parte de los que chutean la esférica. Nadie podría decir que Carrera no ha hecho lo posible por comunicar su corta pero fructífera piñata repleta de sorpresivas hecatombes; nadie puede discutir que ha realizado todos los gestos necesarios, para agradar a los desagradables integrantes del jurado de cuanto concurso literario existe en el orbe. Carrera quiere ganar; lo sabemos, y quizás por esto es que pidió apoyo a los retrasados mentales, pues siempre consideró que ellos eran lo más adelantados de nuestra época. Son los únicos que sonríen por casi nada, son los únicos que no hacen fila para pedir dignidad, ni tampoco voltean el rostro para evitar los saludos del prójimo. No se cuestionan el mundo ni proponen cambios con una previa y sensata reflexión; no es que sean insensatos. No es que quieran igualarse a los doctos e inútiles que están destruyendo el único hogar posible para la humanidad, sólo es que sus medidas difieren del metro y, sus argumentos, aunque no lo parezca, sobrepasan la materia gris de un coterráneo cualquiera. Carrera lo sabe, es por esto que cuenta además con el apoyo del Conejo de la Suerte, de Moby Dick, de Super Tribilín, del Pato Donald, del Loro Matías, de Sigmund Freud, de Albert  Einstein, del Enano Gruñón; sabe que no puede dejar de lado el apoyo del bastón y del tridente para el tarascón posterior de la carne. Sabe que no puede alcanzar su meta sin el rondín del cementerio municipal y sin el carretonero de la feria verdulera del fin de semana.  

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