ANDANZAS ESPACIALES
Los aeronautas y tripulantes de las carlingas espaciales alrededor de La Tierra hacen preparativos para recibir a los lalistas y patacheros en su primera andanza espacial más allá de las nubes. Es el primer intento de los intelectuales y poetantes de la provincia del Merken, por estrellar sus pies en una caligráfica estrella de Neón. Actualizado hoy después de ayer por Ressa Gadda (www.mascahuin.cl) © Copyright Los aeronautas y tripulantes de las carlingas espaciales alrededor de La Tierra, se alistan por estos días para recoger en el GOCE “Girador Orbital - Carlinga Espacial”, al primer contingente miope que observará “la otra pasarela del placer” como la ha denominado el héroe vivo de las palabras que yace suspendido como cometa con Zalo Rojas, el cálido sureño vate de Lebu. Para el casi vate Agustín Carrera, se trata simplemente del arribo de los capitanes volátiles, y de los dos idos tripulantes de una rehuída odisea conocida sólo de oídas; quienes se encumbran apañados a una serie de multicolores barriletes de metal. ¿Soñadores inútiles de mundos imaginarios que aún no han sido cartografiados por geógrafos, ni catastrados por pastores de iglesias extraterrestres; ni siquiera castrados por matarifes del desolladero estelar? Esta aventura de perdidos orates se iniciará antes de la madrugada siguiente; despegando desde las calaminas aceradas de la techumbre del refugio de la literadura; desde aquel fabuloso aeropuerto, implementado alguna vez por el indocumentado pasajero de las andanzas aeroespaciales, el casi vate Agustín Carrera. El nuevo contingente de aeronautas, intentará una nueva hazaña en la estratosfera - más allá de los sueños de un poeta delirante - intentarán batir con un verdadero vate el record que recuerda el macizo y contundente rechinar del camastro. Realizaran la batida en los espejismos aéreos de los eternos amantes de la gran bóveda. Será como batir la historia del bello teniente; o quizás, como describir la sinfonía de una heroica marcha nupcial, dibujada en el amplio espectro de la cuerda floja. Alguien sugirió que se trataría de la imitación de una cueca larga; pero esto supera las décimas de un baile de a dos, y lo cierto es que esta exclusiva andanza espacial se aproxima más a lo inconmensurable; mucho más que a los distantes años luz, de un fugaz parpadeo del contingente de poetantes miopes. Desde los alrededores rojizos del glóbulo rojo; desde el mismo planeta coloreado de azafrán, se desprenden fugaces estigmas que iluminan el maravilloso espectáculo de los trapecistas, cuyos chillones aires circenses recuerdan viejas historias de tropezones espaciales y; cuya dirección le compete además a un científico, que alguna vez fue arrebatado por los orates de un nosocomio clandestino. De aquel que está ubicado en los bordes irreales de la comarca del Merken, muy cerca de la provincia del más allá. Así lo informó una fuente del pasquín “La Oreja de Van Go”, un astrónomo aficionado, que suele orbitar entre el observatorio del refugio y el mencionado pasquín hasta altas horas de la noche; se trata del estudiante universitario Casiotheo Lamirada. La andanza espacial en cuatro patas se hace sin tardanzas. Se prevé estará operativa después de una serie de brindis aeroespaciales. Se realizará de acuerdo a los exigentes protocolos de prevención del Servicio de Aeronáutica de la provincia del Merken. Se tomará en cuenta en esta ocasión y, por primera vez, el registro de la norma internacional ISO 1957-007 diseñada para verificar la resistencia humana en la cuerda floja, y tendrá una duración aproximada de varias horas, según dure el oxigeno acumulado a pulso en los tubos de los aeronautas espaciales, dijo un locutor de una radio teatro - en onda corta - del Centro de Control de Expansión Nupcial, proveniente de la comarca del más allá; quien además es el editor de las páginas del corazón, el periodista Celi Batho. Después de las declaraciones del Jefe de Control de la Agencia de Viajes y Turismo Aeroespacial “Volare, Oh, Oh, Oh” Dominico Modugno; concluimos que el objeto volador no identificado que retrasó la misión, fue tan sólo un corcho champañero identificado por el radar como tal, y que había sido expulsado desde una de las carlingas espaciales en orbita. “Suponemos que los aeronautas, celebraban el título de campeón de las letras protestadas, en el certamen de “literadura ingrávida”, de un poetante aficionado a las andanzas andaluces. La andanza espacial, la primera desde que se resbaló del ascensor a las estrellas el multifacético “Pocas luces” se ha transformado en una noticia de carácter internacional; sobretodo debido al acertado uso del Discovery (arcaico armatoste utilizado antaño como transbordador espacial); hasta hace unos días en completo desuso. Se dice que fue rescatado de un centro de chatarra espacial, en las afueras del aeroparque de acoplamiento internacional (AAI), con sede en un país tercermundista. En los aperitivos de un vuelo nupcial en la carlinga aeroespacial que se utilizará en esta ocasión, participó el barman de la mítica ramada del “Puerto de los Truenos”, y se pensó invitarlo como el tercer tripulante más importante de la misión; pero en la plataforma de despegue se dieron cuenta que su peso podría ser nefasto para la navegación estratosférica. El chef de la mítica ramada también pudo permanecer a bordo del ingenioso armatoste aeroespacial, pero la gravedad era una variable de mucho peso a la hora de considerar combustible, para el enorme impulso requerido en esto de salir a la estratosfera. En definitiva, ambos fueron considerados prescindibles a la hora del despegue. Hubo reclamos y una presentación por discriminación; sin embargo primó la cordura de la cuerda floja para el resto de los trapecistas. Esta es una anécdota que tiene algo de fantasía, pero nos clarifica las limitaciones de la tecnología criolla. Un desconocido caza aventuras entrenado en el Centro Aeroespacial de la provincia del Merken, fue aperado con una serie de bolsas plásticas incoloras, fabricadas especialmente en la unidad científica de polímeros estratégicos de la Universidad de la Vida y, cuyo objetivo es el de atrapar la mayor cantidad de estrellas fugaces, meteoritos y galaxias desconocidas que podrían colisionar - como colillas en el borde de un cenicero - con nuestra parsimoniosa vía láctea, creando un gran caos, confusión y locura colectiva en los habitantes de este precario planeta azul Plop
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