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El Ictiocefalolalista

COPUCHEO

NUNCIO O EL MINISTRO DE LA POLUCIÓN

Agustín Carrera denuncia que la encomienda de inoculación del territorio de las minas antipersonales, no apunta a los parajes geográficos desmontables como el de “Los “Cañones del Pernil”; o a los desmontes de los “Hijos del Monte” ni que pensar del Monte de Venus de una venusiana aterrizada - no hace mucho tiempo atrás, observada descalza en la nueva Gran Vía. La encomienda no apunta a ningún templo tartesio como aquel de Cancho Ruano de la Nea Extrema y Dura. Agrega el Casi Vate que el militarismo aplicado finalmente no acalló el peligro de las “Minas de Cerrajerías”; y si no es por la desembocadura del mítico Tío Ernesto, el plan de la descontaminación atmosférica sería tan inocuo como el pipeño al alero de la tibieza de un alar mediterráneo.

Actualizada hoy después de ayer por Atmos Féricca (www.mascahuin.cl) Copyright ®                                                                                                            Términos y Condiciones de la información: Pasquín “La Oreja de Van Go” y a la editora de la “Cazuela Popular”.       
Fuente : La Cuncuna en la Cuneta

"Para  pronosticar la calidad del aire, se necesitan globos de hule aerostático inflados por irracionales agnósticos de la farradura; o simplemente satélites embadurnados con silicona o, mejor aún, con un filtro solar de efecto exitosamente caritativo. Lo anterior: para evitar el deterioro de las ondas electromagnéticas y la merma de las electro-domésticas nacaradas; causantes estupefactas del grisáceo smog embotellado. Para que queremos sobreabundancia de chatarra espacial, restos del carapacho o ese mal olor proveniente del interino expolio intestinal. Concordemos en lo siguiente: “ya no nos queda espacio por explorar”…señala el casi vate a medio obturar sus visiones; mientras el croar de un batracio - a medio morir saltando - intentaba afirmarse medio ebrio al tutor de un viñedo en una loma dorada del valle del Itata. El casi vate – recordemos - se enmarañó a la cornisa flotante de un motel en la explanada de una baldío terreno de granel – hizo esto a modo de protesta, antes del deterioro del traje de un rey expuesto a la miseria.  A poco andar supo que la tardanza de la obra real venía ya deschavetada. El panel de catorce catadores hindúes venía oreando las alas con el aire de las ninfas voladoras; y todos ellos apuntaron a la necesidad imperiosa de aterrizar el benéfico plan diseñado, en las entrañas de un básico helipuerto submarino. Para el mejoramiento de los modelos predictivos, sin acorde ni acordeón de cheques recauchados - recaudados por los publicanos - simplemente no se puede nadar con los remos marcha atrás… estos papeles entintados son necesarios para realizar compras de las modernas tecnologías que hoy se requieren.

Pero el tema no zanjó controversias de versos aerodinámicos, como pretendía hacerlo en un principio, el aerostático Casi Vate, creador de las revueltas en cicletadas. "Una digestión actuó de modelo restrictivo en el ámbito requerido”. Entre dicho y caucho amelcochado alguien sugirió: “La relación de una existencia muy fluida se debe al deber de las deudas atrofiadas”. Nadie entendió lo que se quiso decir, pero igual aquellas palabras se utilizaron como slogan para una elocuente campaña de amoríos recauchados… la tercera edad todavía no duerme… sigue en pie y despierta, nos insinúa un abuelo coqueto y algo apostrofado. Al sacudir las sabanas saltan pelusas, pulgas y restos de la cena de la noche anterior; sin embargo debajo de los colchones, colcha y catre mismo, muchas veces se encuentran restos del desenfreno de una cálida noche de verano.

“El plan del oso durmiente es ambicioso”; el casi vate se refiere al anterior plan gestionado por el ministro designado, y que por causa de los zarpazos de unos cuantos funcionarios demandados, debió abandonar con urgencia su cuchitril, colchas y discursos, para descontaminar las oreadas de una andanada de malos pasos. Descontaminar es tarea de todos… y la Dirección Meteorolómágiaca de la Provincia del Merkén, junto a la Dirección Comunal de Aerosubnáutica deben liderar tales objetivos; de lo contrario ni siquiera los exiliados rejuntados en el mítico refugio de los traspapelados podrá otear la cara oculta de La Luna con plena libertad y ausencia de nubes grisáceas.

Varios expertos universitarios y otros desubicados lograron reunirse en la primera cumbre del futuro plan de modificación para las variables de calidad del aire. La marcha blanca liderada por un entintado de grueso calibre negro, pudo  estar operando antes de lo previsto, pero los plazos, zapatos y las plazas de peajes hicieron su calurosa medida incipiente… “están muy encima... Avisó un lateral antes de que su valla recibiera un gol de media cancha" Ha habido poco eco e interés de las autoridades. Otros expertos, auguran un dolor de testa, como hace mucho no se sentía en la frente de las malas costumbres…El smoking de un luchador de ferias libres se adueño de la cintura de una tal avispa… la cruzó de lado a lado con su grueso brazo de bailarín fermentado… A lo lejos, uno que fumaba un pitillo, se enfrascó en una mirada tersa pero turbia, debido al smog domiciliario que residía en sus pulmones…detrás de la sombra oscura de un portón clarividente, se escondió un jardinero municipal que por vergüenza acumulada, murió después en sus mismos incendios provocados, donde antes quemaba hojas de árboles encadenados a sufrir de corazones dibujados… Prometo descontaminar los medios de comunicación, sacarles esa cruel noticia de si mismos, pues se han acumulado en sus corchetes y trasmisiones demasiadas malas notas… y lo cierto es que ya nos olvidamos que tenemos derecho a la esperanza… a la paz y al silencioso susurro de tus labios amoroso…Nos dice el Casi Vate en su discurso de presentación, preparándose para encabezar por primera vez en su vida una marcha de blancas y negras en un tablero de cuadros verde y amarillo… Está enredada la cosa, pero nadie puede negar que fui sincero al momento de dar la partida a mi campaña de descontaminación…No digamos una cosa por otra… las minas personales sacan harto de apuro cuando nos invade el temor a la soledad.  Los campos de guerra nupcial nunca dejaron de ser lo que fueron, ni siquiera cuando se dieron pausas para el respiro. Cuando queramos cruzar por caminos contaminados y peligrosos, siempre buscaremos subterfugios para evitar la guerra del desamor. El caserío y el casorio no deben mezclarse en una carrera de suicidios. En las dunas del trópico arenisco no existen arenillas resbalosas y eternamente crujientes…alguna vez desaparecerán como infinitas componentes de un pedrusco, en una mina del altiplano oceánico. Descontaminar los buenos aires es la meta. Sansmog no puede seguir siendo la capital de la corrupción

 

Plop

PREMIO CHANCHO RECHINADOR

Agustín Carrera; el casi vate originario de la provincia del Merken. El refugiado que describe poesillas sentado en la silla de una tal Sofía, casi obtiene el premio para poetantes noveles denominado “EL CHANCHO RECHINADOR DE LA LITERADURA”. Dicen que se resbaló al pisar una lata que contenía betún para calzados, rato antes de ser recibido por error por una alpargata enjaulada. Así aparece descrito este episodio en la página de las salpicaduras del diario “El Cahuin”, un pasquín conocido además por difundir las vicisitudes esotéricas, de las esculturales incultas que pululan por las plazoletas del vecindario. Una deliciosa anécdota, rica en pormenores que da cuenta de este nuevo fracaso en las arenas literarias.

Actualizado hoy después de ayer sin percatarse del mañana para el pasquín “La Oreja de Van Go”, por Ina Alámbrica (www.mascahuin.cl) Copyright ©

Términos y condiciones de la información del otro pasquín “the pear matures”      Fuente : the cuncuna in the gutter

El casi vate Agustín Carrera, con la obra “Un Recetario de Merkén” Una obra no descrita en etiquetas de latas y menos en aquellas cuyo contenido reserve conservas batidas, casi obtiene el Premio Hispanolalista de Poesía Recetaria. Este premio es conocido además en el mundo del contubernio astronómico como el “Premio Nupcial de la viuda por encargos”. Quienes insuflan en el mundillo de la LITERADURA; saben que es una premiación organizada por los patacheros de la aderezada comunidad de los platos rotos; tan adictos a la copucha con capucha como a la sopa de letras condimentada. Tan comensales adictos al merken y otros aderezos de alérgico apéndice, como a las aceleradas bajadas cerro abajo. El recetario es como la rosa de los vientos de acero entre techos enmohecidos, debido al polvo de un cometa en picada sobre un estado de hibernación, simulando ser una rosa de cuatro nudos ciegos; o una mezcla de hormigón preparada para embetunar una hamaca con cinco argollas doradas. El premio es como las carretas de tiro desusadas por falta de bueyes y, abandonadas a la vera del camino, por que los yugos importados de la Asia Delmasallá, no contaban con la restricción vehicular; como los demás estados malhumorados.                                                                                                                       En este recetario; por lo demás, se pueden descifrar, más de una pila de anuncios proselitistas y diversos parlamentos conductuales; sobre todo los reglamentados en medio de una trifulca descalza y sin fuero, que unos cuantos desalmados mal gestados dejaron en las crestas espumosas de las viejas olas musicales. No faltan quienes quieren reírse de los caimanes y albañiles girando la hoja de rasurar; como un cocodrilo despistado dentro de una bañera. Todo esto puede observarse y suceder durante ese pequeño lapso de la parte sin medida de un cuarto de la jornada. En cuanto a lo consiguiente al asta de un animal, utilizado para la farándula de radioemisoras de jornada completa; podemos decir que las aeronaves estrambóticas de un país sin banderas; jamás podrían aterrizar en la terraza curva del mercado; ni menos acercarse a la cuadra descuadrada de una esquina redonda de la economía.                                    En esta tierra conocida como Delmasallá; la ley del transito superó la ley del pescuezo frito; “Y esto es tan cierto como el ojo en tinta después de un anhelo mal agradecido” Cuando el casi vate hizo este recuento del recetario familiar; lo primero que sugirió; fue eliminar la sal del salero. “Cuando un huevo quiere sal, es por que tiene recurrentes añoranzas de la vieja revoltura de la salmuera” y; por lo tanto no es necesario recurrir a esa vieja bruja que disimula su carencia de la escoba con espigas rasgadoras; como ocurre con una mujer recién desenterrada. O sea, todo esto puede suceder; siempre y cuando usted no infle los globos de una fiesta de aniversario con el soplete. Cuando es así; es preferible evitar este tipo de colapsos de trapecios y columpios. Cuando el viento choca sobre una rosa fabricada para los cuatro dioses de la ventolera; nadie entonces debe objetar la dirección que asume libremente el artificio de los peroles ardientes. O sea, nadie puede dejar de enfocar la llama de la filosa roca altiplánica. Cuando la dirección de los vientos apunta a la ignominiosa reverberación de las ideas dislocadas; es como salir del paso con huevos duros y sin sales aromáticas a cuestas. Esto es causal de una expulsión masiva de las canchas de estacionamiento; y quedar propenso al arresto domiciliario en las redes de un arco goleador. Ser postulante a estos premios, como el mencionado anteriormente, trae consigo piticlines y consecuencias; y por cierto; de estudios por la seriedad de los problemas estomacales que causa” Así dice el anuncio recetario para quienes ya vivieron el medio siglo. “No cualquiera puede postular al premio”El director del Instituto Cultural Delmasacá, el grafitero Peri Tonitis de Aguda Sinusitis, quien además es el presidente del tornado cultural de este invierno; recalcó durante el fallo: “el poema casi ganador es rasca e impresentable, pero octogonalmente original; descrito en prosa muy cercana a lo probo y con un lenguaje interminablemente desubicado; con grandes escenas especulativas y a veces casi al borde de lo eyectable. Muchas veces rozado con el cierre de la realidad” Nadie entendió lo que quiso decir, pero según uno de los invitados presentes, aplaudieron a rabiar esta parte desenredada del discurso. Pedro Roca Pedroso; un casi de todo que nunca terminó de beber la mitad decantada de una caña rebosante de pipeño, descubrió a mal traer la obra casi ganadora antes que se convirtiera en una "palestra colorinche y, que, de acuerdo a la cuerda de sus principios; ésta, con toda facilidad, nos transportará a las luminosas cavidades de un artesano en yeso molido. Eso si, recalcó; nos mantendrá boquiabiertos hasta la última palabra de la promesa de un poema”.Por su parte, la conviviente del presidente de la asociación rural patachera; originaria de la misma provincia Delmasacá, doña Perspicacia Dubitativa; reveló que no pudo hablar con el casi vate Agustín Carrera, y dejó debajo del choapino sus claves de música, para desabotonar los vientos y sus botines de casorios pasados.                 Si es que tuviese que recibir la buena noticia del premio, dotado con 100 cupones “vale otro”  donados para esta ocasión por el dueño del restaurante de la esquina redonda de la economía; no los canjearía por nada del mundo, y menos de una sola vez; lo haría a lo lejos y a pedacitos, como lo hacen los labios de las que no saben querer con intensidad. Pepo Plop destacó además la elevada participación en esta edición, con no más de 5 ejemplares presentados; de los que se han preseleccionado solo cuatro. Ni la mitad respecto de lo ocurrido el año pasado. Dijo como alcance. El premio lleva el nombre del profiláctico poeta de la letra rebuscada y siempre limpia don Límpido Nugget Calzabotta; ganador alguna vez del “Premio Asseo de literatura”. Existen recuerdos en mi descontrolada memoria de caballero que: “este premio era bueno cuando no tenía influencias; ni influenza” Esta es la misma enfermedad que más tarde lo haría morir de la risa por anadipsia vinosa. Lo más increíble de este mecenas de los pobres poetas, es que fue a parar a la desembocadura de un río seco; tras recorrer supuestamente varios caudales sin fronteras, intentando escapar de las mallas y la mala noche y; de los mejunjes de brujerías de su mujer. Lo cierto es que la receta de la felicidad no está descrita en este exabrupto descriptivo de aderezos, condimentos, insumos culinarios, etc.; este recetario sólo pretende desclasificar los archivos secretos de una remota antepasada y, desenterrar una serie de recetas demasiado condimentadas. Quien quiere atreverse a verse versando mientras anda, que se atreva como atrevido en las traviesas vías de una gran vía. ¡Ahí lo quiero ver!  jeje 

APUNTES DE PUNTETES POR EL AMOR

A puntetes, patadas, tirones de mechas y chirlitos, las poseída de la escoba dada a la trifulca, logró la semana pasada apaciguar sus males de oleajes. Esto ocurrió apenas se descolgó una hoja más del odioso calendario que la atormenta. Mi opinión es que sucedió; una vez que se propagó la copucha del pronto regreso de la rubia de los dorados hombros tersos; la hermosa “Paraolas” que de mar en mar contiene los oleajes con sus fuertes brazos de amazona. Se supo entonces que al cruzar la cordillera de los andinos, inmediatamente el agente de la poesía cursó bellos poemas y recetas de placebos en sus ajadas cuartillas. Quiso calmar los estereotipados colapsos capilares que en cada plenilunio, brotan como leños a la deriva, después de la tormenta en una charca mal contenida.  

Actualizado hoy después de ayer, sin mencionar el mañana, para el pasquín “La Oreja de Van Go”, por el periodista Lapi Dario Fallo (www.mascahuin.cl) Copyright ©

Términos y Condiciones de la información del otro pasquín “The Pear Matures” Fuente : The cuncuna in the gutter Actualizada hoy después de ayer por (© CopyrightLa trampilla de los abrazos gratuitos se hizo a destajo, y con disfraces de piratería y arcabuces cicateros, para evitar ser totalmente sorprendido por culpa de la cafeína mal distribuida en un organismo escaso de estatura y poca fibra muscular. La abrupta picardía florecida después del cincuenteno, no debía delatarse antes del croar de los viejos batracios de medianoche. Esa era su gran apuesta en el circo sin carpa levantado en la avenida de Los Carrera, allá en la gran urbe de la Comarca del Masallá; muy cerca de la casona donde una hermosa “Paraola” detiene el tiempo en su rostro, y regala encantos como una de las más diestras poesillas; una, más bien improvisada. Debía acallarse como si esa fuese una más de sus tristes realidades; como una de esas historias provenientes de una falsa ficción de jinete; desmontado de un batracio embalsamado y siempre algo despeinado; el que alguna vez fue pesadilla y sobresalto, y mucho antes de empezar un examen de ordinarios orines en la facultad de La Literadura. Ya era suficiente con esto de hacer sonar el biombo cada vez que se enamoraba de una rubia teñida. Ya era suficiente con su significante parecido a un adiposo marinero posado en un laberíntico bajel alejado de la mar. Es más; todos saben que su rostro fue cuadriculado delante de un espejo sin mercurio. En realidad fue trazado por un añil dibujante de perdices frente a un espejismo de vino derramado. ¡Que se yo! Continuó con su paso cancino. Quedó plasmado enteramente en un recuadro de una esquina marmórea; muy cerca de un húmedo roquedal frente al desierto de las miles de estrellas fugaces. Ahí donde se desnudan sin moros ni morros en la nubosa costa de los filibusteros ausentes; todas ellas atrapadas de una en una, por sus ávidos ojos de astrónomo de techumbre. Quienes lo alcanzaron a divisar entre algas y cangrejos sin tenazas; dicen que su aparecido aparejo de enamorado, reflejaba la mirada turbia de un mameluco descalzo y muy bien acorazado; que además, parecía batirse a duelo en un recodo del aborrecido lazareto de poetas con un zancudo malhumorado; un mosquito desvestido de travestista y carcomido por la oscura medianoche. ¡Que noche más oscura para sus sanos instintos de poeta amador! El casi fraude del ingenioso casi vate, no fue tal al momento de su articulado agradecimiento. Estaba agradecido - y de verdad lo estaba al momento de empinarse una que mareaba. Finalmente obtuvo premio a su osado atrevimiento de amador con compases lentos. Pero un lavatorio hirió su frente y el orgullo de ser filántropo recaudador de besos, simplemente “Se fue a las pailas”. Así terminó a ras con la silla que lo vio la última vez, meciéndose al compás de un chirriar lejano y placentero. La información privilegiada que nos llega desde los aposentos de los apostadores – quienes lo vieron deambular pausadamente por aquella avenida – nos dicen que mantenía la fortaleza de sus brazos y los singulares dolores latentes. A lo lejos; acordes de ramas sonoras provenientes de los árboles, anunciaron una ventolera de papeles llenos de poemas. Su estirpe de romántico pasajero y, de sólido mascarón vigilante de las popas y las proas de viejos navíos de papel; quedó esta vez en vigilante evidencia para sus enemigos del tugurio. De aquellos que también recapacitaron y se alojaron en el refugio de los despistados y; que además, pululan en aquel recinto hospitalario donde suelen adormecer sus penas después de una derrota de amoríos. Un tiro libre desde la media cancha es golpeado en el mesón, y una sonajera de vasos, los acompañan entre miles de vítores salidos de roncas gargantas mastoidales. Estaba en lo cierto – No era sueño. Pero a pesar de su temor a los vientos huracanados; siguió pensativo y, contrariamente a lo que podría decirse; continuó intacto con su inmejorable proceso para construir sillas o describir sus placenteras poesillas. Como un descolgado de las cuatro patas sueltas; siguió construyendo una tras otras, diversas poesillas alternando su construcción con remolonas sacudidas de brazos; acariciando en algunas oportunidades, el sutil brazo de madera de una mecedora dedicada a la geriatría de amantes en reposo. Pero ya en su ajetreo más directo; cuando los semáforos no lo engañaron con luces de distintos colores; esperó los beneficios más cercanos a un plenilunio; buscó arrellanarse en la piel curva debajo de la cabellera dorada de aquella que no era una pasajera de la noche. Entre el dulce cuello y el terso hombro aterciopelado se hizo acomodar. “Es ahí donde el descanso de una promesa se hace diferente; es ahí donde se detienen las distintas lagrimas derramadas. Es ahí donde las palabras más silentes se hacen pura fantasía. Todo esto es el silencio mismo del viento ciego”; le dijo a su amada en el remanso de una escalera que lo llevaría más tarde a la cima del cielo. Es el sometimiento  del vértigo que asoma en las ventanas alejadas del suelo. Son los aires del pudor de las venas y las ventajas de un experto soplador de silicio y; desde luego, es el viento que sopla en las velas de todas las naves que surcan el borde del desamor. Todo tiene su precio y el precio del amor es el más silencioso “A cambio de este regalo, sólo se puede pensar en algo grandioso: en entregar la propia vida si fuese necesario” Cuando estás en esta posición y las demás posesas observan esta terrible amenaza; aprovechan los acordes de los árboles y se dejan caer sin ruido hasta el plagado suelo ¡simplemente te liquidan! Todas las que difunden el viejo mensaje de la trifulca temen a los viejos de las bolsas de valores. A los viejos que acuden a transar sus valores en una comunidad de intercambios por causa de la soledad. Ellos entienden esto del trueque sentimental y lo inútil que resultan las ventajas de la compañía de seguros. En esto de los seguros con cláusulas específicas para el amor, el casi vate ya encuadernó dos; y ya los guardó, en un antiguo anaquel de madera enmohecida. Los extraños seguros del amor no sirven a la hora de los razonamientos intactos; de aquellos simplemente prodigados por los que saben del amor; por los poetas. Sin embargo igual nos relata que sus rechinares quedaron debajo de una colcha enteramente zurcida. Nos dice que esto ocurrió cuando una nube negra, dejó caer rayos de matiz semi oscuro, en un trozo cuadriculado, donde además se trenzaban con la última pelea de la medianoche, dos peones de un frío y sucio juego de ajedrez. Una vieja hiladora que nunca regañaba ni jamás tiró platos por la ventana; oró para que no me fuera de mal en peor; entre tropiezos y arrancadas de usleros, o en cuesta abajo por el cerro de los lobos Feroces - ¡Y así fue! Finalmente la mochila apesadumbrada de peñascos innecesarios terminó por romperse. El poder del dinero reina e impone sus reyes. Tienta y excita por encima y debajo de las colchas; entre medio de las capas y por debajo de las oscuras sotanas de una arpía disfrazada de ocasión. Y detrás del amor existen diversos caminos recorridos. Quienes los recorren después apelan y pelan ajos por conseguir una pizca de limón en la ensaladera de la reconciliación. Otros en cambio optan por el engaño, optan por la acera resbalosa de la ética. Pero el casi vate no habla de sus infortunio como si fuese el único imán para atraer. El recuerda la armónica y la trutruca de su abuelo; la pasión equilibrada de su cuerda floja. Se ríe de su ahorro recaudado para jubilación sin zapatos nuevos.  El poder económico no es su rotunda presentación. ¡Está claro! Su poder es el amor, la innegable certeza de la verdad y las indesmentibles hojas por escritas por y para la belleza. En la mar virtual observó la incompetente apetencia convertida en maremoto arrollador, aplastante y ahogante. Nos aconseja: “La zancadilla se torna frecuente. La trampa se disfraza de picardía; quizás hasta en “Una Picantería” El fraude se disfraza de ingenio y al Eugenio lo aplauden a rabiar en el periplo donde se aburren los ilustrados zapatos del Senado. La información privilegiada es usada por el poder, para obtener más de aquello. Ésta es la ruta que muchos emplean para conseguir algo de amor. Pero el casi vate cruzó la avenida de Los Carrera y, los hermosos brazos dorados apretujaron su espalda; y el roce de sus mejillas acariciando las de ella, se impuso como presagio de una buena fortuna. El amor es cosa del destino y muchas veces de la suerte. El amor es la oportunidad aparecida después de doblar una esquina. Rodaron alegrías hasta el suelo; y ahí se quedaron las lágrimas de un encuentro deseado por mucho tiempo escrito. Muac

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Las posesas lidiantes del uslero y las revolucionarias “demoñorojo” que ansiosas regurgitan invocaciones a la trifulca de la escoba, son invitadas esta vez al refugio de la Provincia del Merken para rendir un homenaje a los poetantes del desentierro provisorio. Allá en la techumbre del refugio de las mil miradas, cuya oteo es a la bellísima luna desnuda, se delata entre cada ponencia, la recóndita POESILLA del casi vate.  Actualizado hoy después de ayer por Enrique Cimiento (www.mascahuin.cl) © Copyright “Y cuando la misma cara oculta de la luna sienta el rubor plateado de los ojos brillantes de cuanto enamorado existe, su pálida sonrisa descubrirán”.  La métrica sin medida de los durmientes desencadenados; causantes de cuanto desastre queda después del enhebro de silabas. Con los más extraños relatos de los refugiados y algunas cadenciosas aproximaciones del propio Agustín Carrera, rechinaron con la energía pura del Wetripantu (año nuevo Mapuche), al anochecer con una media luna y a media vela, poco antes del cacareo de ese santoral como pocos existen en el calendario. Sucedió antes de las rogativas del amanecer y durante los discursos de la ponencia de un día alargado como la “Pata de la gallina”; en un recital de “meteipóngale” organizado por un contubernio de poetas del más allá, y de otros cuantos correligionarios de la misma provincia del Merken. Celebraron así – a pesar de todo presagio - el día de la regeneración. Nos aclaran inmediatamente que el humano no se ha renovado como debería hacerlo. La especie humana está enfrascada en un torpe apego por el mero enriquecimiento; haciendo honor al estruendoso poder platachero; consiguiendo gratuitamente la extinción de las especies más vulnerables y el alejamiento de la noble Ñuke-Mapu (Pacha Mama). De la gigantesca obra poética puede uno darse cuenta, del dolor de estos últimos Viejos Héroes de las Palabras, por aquel triste empequeñecimiento. En un acto enmarcado dentro del Año Nuevo Mapuche, con un Festival de la Poesía Sustentable organizado por el Club de la Rayuela, finalmente se dilucidó la travesía de la Lucía. En la provincia del Merken se develó la repugnante  arcada de una arca desfinanciada, perteneciente a la tejuela de los uniformes grises. Los Poemas de Rayuela consiguieron develar el oscuro origen de los pesados tejos de una que quiso ser ascensorista en un edificio público; sin darse cuenta - pálida de patudez - que la enorme cantidad de banderas arrasadas, era por que su arremetida se hizo con fuego y balas; felonías y traición, mientras atravezaba la traviesa cuerda floja, hurgando cuanto joyero hubo de disponerse frente a sus angulosos desafíos de poder. La singular ponencia se sostuvo en el podio, encaramada con la presencia de féminas antojadizas y de excelente maniobrar con la palabrería de la literadura. Fueron escuchadas y ojeadas por los lalistas desde una posición desacostumbrada para ellos. Ellas - en tanto – fueron las grandes innovadoras del redil de los asilados por causa de la barrida de la poesía; ellas hicieron huir de los camastros rechinadores, a cuanto quejumbroso se paseó por la polvareda.  ¿A que se debió el homenaje entonces?"Bueno, este es otro apogeo de una juntura cualquiera en el que he invertido mis últimos cincuenta años de travesía por al cuerda floja", explicó el casi vate de las mil tertulias imaginarias; responsable además de la apoteósica ponencia de las miríadas del uslero y de las innumerables barrenderas de la escoba. Después de todo se describe para y por ellas, como trova aquel guatemalteco de ladina voz en los escenarios de las anticuarias. Después de todo son ellas las que inspiran el polvo de los viejos lalistas; ya sea por su escaso sentido del humor o por su sintomático apego al falso rumor; sea por su ida a la quinta avenida con una “pato gallina” o por su allegamiento a la barrida de tacos con paño de terciopelo; ya sea por su belleza o por la acostumbrada mala noche de sus vidas; sea por su ausencia silenciosa o por su bullente presencia en la trifulca de los celos; sea por querer o por no querer, por cocinar o por aguar las fiestas de antaño o del Toño Toyo; en fin, por lo que sea se escribe sobre ellas. Se narra por sobre sus encantos y también por debajo de sus desencantos, se habla de su lealtad y también de sus sucias jugadas sobre el tablero de ajedrez - en realidad se dicen cosas de ellas por cualquier razón o motivo - Y ellas aprovechándose de los mismos juegos de llaves, dicen mucho sobre nosotros; aunque no nos agrade su excesivo decir. Pero ojo con las hojas de la historia, miren que estas las escriben hombres y no mujeres. En cuanto a esto es cosa de ojear la enciclopedia de la añeja centuria. La mala noche del poeta acaba cuando clarea en el camastro con la “otra”, que lo hace olvidar completamente a la “ostra”; a esa que se acalla en su soberbio silencio. Y esto es común para quienes buscan paz en este refugio. ¡Y ellas lo saben! ¡Y es a esto que vinieron! Lo hicieron para conocer, exponer y aprender de esta juntura de palabrerías y homenaje. La verdad es que no necesariamente se homenajea al refugiado. Se homenajea a todos los que otean la luna después de la gran guerra del uslero. Se quiere homenajear a los osados; a los refugiados que no cejan en buscar el amor después de una noche de tropiezos cuesta abajo. No importa cuantas derrotas les sean infligidas con justicia o error - no importa - Lo verdaderamente relevante para un refugiado, es su clara valentía para enfrentarse con las obreras predilectas de la guerra sin sentido. Sospechan que todo está escrito en alguna página del bagaje de la literadura, y que finalmente educa para el encumbramiento del el tricolor barrilete de la victoria.Las lunáticas deberían sentirse mal por no haber dedicado aún una poesía, a ese que fue capaz de nadar hasta altas horas de la noche; que nadó hasta ahogarse por perseguir la luna en las aguas del cristalino tranque; o de ese otro que logró captar una imagen de su cara oculta, en un descuido de esta última cuando también desnuda se bañaba. Quieran los Antiguos Héroes de las Palabras que las lunáticas se animen a escribir ese fabuloso poema, donde se describa la osadía de los adoradores de la palidez; ahondó Agustín Carrera, quien realizó la introducción de las ponencias, donde también se oyeron suspiros de las visitadoras. Las que finalmente se comportaron como las eficientes visitadoras del Amigo Pantaleón. ¡Es la magia de las hojas de un libro que narra la guerra del amor, y la  soledad del soldado! El refugio es considerado por muchos como el lugar predilecto de la poesía, ya que fue capaz de rescatar el lenguaje más hermoso proveniente de la literadura. Las Féminas finalmente reconocieron en el Casi Vate, al  fundador de la Pura POESILLA. A esa poesía que nace en el sofá de una tal Sofía, y que se extendió a los sillones de otras enmascaradas; las que encaramadas escucharon diversos versos de la querencia. La POESILLA es el gran acierto del Casi Vate, ahora enclaustrado en la carlinga de una nave giratoria que lo impulsa hasta besuquear el rostro oculto de la luna. Es el único piloto amante que usa de bitácora los labios ocultos de una paraola, esa pirca de hermosos pedruscos que existe allá en la otra orilla del universo, quien además le prometió un beso antes que la luna cerrara sus labios para no sentir los del extranjero.¿Nadie se había percatado de estas POESILLAS? La verdad es que fue en un sofá donde comencé y donde posteriormente recordé que había escrito estas sencillas POESILLAS. Estaba triste y abrí una antigua cuartilla llena de palabrerías. No me acordaba para nada de estas POESILLAS. Si no hubiese sido por la tristeza jamás las habría retomado. Dar con ellas me llenó de alegría y satisfacción, y esta alegría hizo que las expusiera trastrabillando escalera abajo. Posteriormente fueron leídas por la editora del pasquín “La Oreja de Van Go” y como cuento de mujer se extendió como reguero de pólvora. Esa es la explicación. Plop 

ATELIER DE POESILLAS

La nueva andadura en la literadura de un palabrero patipelado, patiperro y rechinador, simplemente debería llamarse “LA POESILLA”. Lo Dice el propio casi vate; quien desde una silla electromecanografiada - rescatada de una mancebía del cacareo del más acá; y que fue utilizada para curar la malura de la subida de la espuma; como la acontecida a los refugiados cuando abordaron el velero de la capitana - versó su innovadora POESILLA de antaño. Y que sirvió para iniciar un nuevo rechinar de catres para pagar las dudas a la costurera que zurció sus calcetas y supo sanarlo de cuanto tropiezo cuesta abajo experimentó, por culpa de un morro demasiado empinado.Actualizado hoy después de ayer por Veri Cueto (www.mascahuin.cl)                © Copyright Agustín Carrera presenta en una grandilocuente y aparatosa ruka originaria allá en la provincia willimapu (sureña), las calcetas agujereadas por causa de tanta huida a destajo cuesta abajo, por el cerro de “los lobos feroces” en su cercano Puerto de los Truenos. Nos explica: “La cuerda floja puede causar un desequilibrio de destierro cuando menos se lo espera” Piénsese sólo en el periplo de Agustín Carrera, quien por fidelidad hacia la conquista supo del candado en el portón y en muchos casos de la tranca opresora; sin mencionar que muchas veces sus efectos desnucadores también constituyeron un grave paréntesis hospitalario – sufrió trancazos tan eficaces como los del mismísimo uslero - Aceptó en consecuencia hacerse cargo de esta especie de mancebía dentro del refugio, sin que ser regente fuese su apego. ¡Ese era su destino! Manifiesta uno de sus grandes amigos en la comarca del Merken. Ya que su prioridad fue desacelerar el latido de la angustia y enjugar el sudor de la huida; su primera medida aplicada - apenas entró en funcionamiento - fue zambullirse en las aguas del tranque a pocos pasos del refugio, buscando un purificador remojo. “El agua, como pocos pueden hacerlo, es el elementos purificador por excelencia” nos afirma el húmedo casi vate; luego del chapuzón.           Debemos abrir los portones, para abrigar las esperanzas, de quienes fueron paridos para alargar las tertulias durante la extenuante carencia material. Así recibió entonces cuanto poeta, poetante, patachero, lalista, equilibrista y palabrero se asomó por el asilo contra la opresión, que huía de la trifulca de la escoba o aquella inenarrable lid del uslero; donde, por cierto, siempre se sale derrotado de la polvareda. Los lectores puede que no entiendan esto que les menciono; pero me apego al buen sentido de la palabra y a esto que llaman criterio; sé que encontraré  en ellos extensa comprensión.                              ¿Quiénes son los maestros en la POESILLA? No sé con certeza; pero es claro que nos ayudan en estas soledades a navegar hacia otros mundos. Son ellos quienes suelen posar sus naves en la techumbre de nuestro heroico refugio. Dicen que son los espíritus de los Viejos Héroes de las Palabras, quienes nos maravillan con su mirada íntegra, y que al momento de la saudade nos rebota como balón en el fondo de las redes, después de un hermoso gol de media cancha.                                                                                                           ¿De dónde vienen entonces las POESILLAS? ¡Mire! Desde que se dispuso hacer de regente a la cabeza del refugio, otras prioridades se agolparon en su cana testa. Y la Poesilla lo deslumbró tal como la luz lo hizo en un principio; nos recuerda otro de sus amigos “Si gustan escudriñar las palabras recónditas allá en el fondo del tranque, es cosa que se dispongan a realizar voceadas rogativas; esto es tan sencillo como escuchar nuestras tertulias de asilados” nos sugiere ahora el mismo casi vate. No surca por nuestros bolsillos dinero alguno. Somos despapelados y carentes del duro metal cincelado. Somos quienes decimos lo que otros no se atreven a vociferar. Usamos el vocabulario del Banco de la Plaza e introducimos un matiz a la “POESILLA” que resulta agradable a los que nos escuchan. Le subimos el perfil a la estatua inamovible que desde la plaza pública observa petrificada la esquina de la urbe. ¡Me entiende! reclama el casi vate ante una consternada Veri Cueto, la periodista de turno del pasquín “La Oreja de Van Go” quien presentaba un rostro juvenil  cansado de tanto carrete, como de palabrería. Tanto el parafraseo como el palabrear requieren un amplio tiempo de reposo y sosiego lingual, y para encontrarlas a destajo debes buscar no muy lejos de aquí; debes hacerlo en el tranque del refugio. Ahí han sido depositadas tantas palabras como olvidos de aniversario de matrimonio se conocen; nos informa impertérrito el casi vate.                      ¿El refugio es la perfecta arquitectura para la POESILLA?                              El refugio es la Casa de Gobierno de los verdaderos amantes de la política. De hecho es aquí donde nació el partido por la mitad denominado “La Demosgracias al Común Nuestro” Este movimiento es como una cremallera del poder sin el poder del cierre. Pero ciertamente no es como una pieza de lencería guardada en la cómoda del responso; ni una loción sin uso para alguien que prefiere el olor del madero o el dolor de la tranca.                                        ¿La POESILLA es un método de sanación?                                                   En apenas unos años se han repuesto en el refugio, tantos malheridos asilados como desparasitados árboles frutales en la chacra de las tunas. Y no es cosa sólo de mencionarlo, podemos hacer estadísticas de los asilados entrantes como de los refugiados salientes y, que ahora, pululan libres por las deshojadas alamedas de la comarca, sin apegos ni sufrimientos por causa de un antiguo querer malondo. La libertad es un bien muy preciado para nosotros, pero eso no significa que deseemos estar así para siempre. La esclavitud del amor es algo que debemos encarar cada vez que nuestras fuerzas lo permitan. Es nuestro bien y sus resultados, lamentablemente, son nuestro mal. ¡Pero ojo! No somos los que motivamos la lid de los usleros ni la trifulca de la escoba. Nuestro problema es que somos demasiado cariñosos y mediamos por que la naturaleza de la juntura se haga vida con sus consecuentes canastos frutales; ojala todos llenos de los elementos que conforman la belleza, como los que contienen los cestos de lanceros y creyentes de un mensaje que cada día nos sorprende más por su sabiduría, y que además, nos enseña a amar al enemigo y a esa ocasional enemiga de siempre; que dicho sea de paso, es una verdad recurrente a todo nuestro quehacer. Hemos aprendido a amar la mar en la marejada y a la bruja de la Maruja, quien se desvive por querer usar esa maldita y espigada escoba. Por su parte; hay quienes - entre ellos los paleontólogos, quienes con sus palíndromos - suponen que la evolución financió la pirca que divide a los géneros en dos; a los hombres y a las féminas y a estos con las demás especies ¿Qué saben ellos del amor? La cuerda floja – ya lo dije – requiere de un buen equilibrio - y compensar ambas realidades requiere fortaleza y temple para no caer en la espesura de un bosque embrujado, o en la indiferencia que genera un aserradero de los flujos del sentimiento. La lectura de cartas y las visiones que se describen en los bajos fondos de un recipiente o por encima de una tela mágica – según se crea, les dice a los oráculos que la búsqueda del amor es un antiguo quehacer de la especie. Yo repito – ¡Eso si! – “El amor no se busca, el amor simplemente “es” y “está” en nosotros”. Que no lo vemos, sentimos o presentimos es otra cosa. Arribar a este refugio no es difícil por lo que se puede observar. Salir del mismo es sólo posible cuando se está capacitado para comprender que el amor no es una simple aventura. Pero que esto no evita el riesgo de caer en las reyertas de una nueva trifulca o alguna otra lid del mismísimo uslero. Llegar a este refugio es cosa de valientes; de héroes que aperados con relucientes escafandras, iniciaron su destape de la colcha para librarse de aquello que los oprimía. La peregrinación a este lugar tiene un propósito, y es que los valientes príncipes del querer, desean, buscan y aspiran encontrar el esquivo sentimiento, que muchas veces se esconde, por temor a las heridas propinadas. El refugio no ofrece terapias ni crea dependencias sicotrópicas innecesarias, el refugio ofrece una nueva visión del sublime sentimiento del querer; ofrece a los asilados una realidad distinta que es difícil de comprender, pero como se trata de lalistas, poetas, patacheros y enamorados de las palabras, les resulta fácil abrir las cortinas de la sala del olvido para reiniciar una nueva vida. Varios periodistas me han preguntado cuales son estas renovadas ciencias que permiten al olvido olvidarse, y que el amor originario se apretuje con nuevas energías. La verdad es que quien ama debe sentirse satisfecho de su querer. Quien no sea capaz de entender este amor, ese, tiene un problema; y aquí, lo cierto es que no tenemos especialistas en siquiatría, sicología; ni contamos con sacerdotes, ni con padres que puedan corregirles tan craso error. Aquí sólo nos tenemos nosotros mismos; o sea, traemos nuestros despechos, desprecios y desamores para reconvertirlos en nuevas esperanzas. En este refugio todo se recicla, incluso el odio recibido, o sea todo el mal que las amas de la trifulca pueden causarnos. El mensaje es claro y lo aplicamos, amaremos y no permitiremos que nos conduzcan a ese desatino del desamor, al del odio, del rencor o del olvido.  En el refugio se enseña - en realidad nadie nos enseña - lo cierto es que no existen maestros o alguna persona que pretenda tal ejercicio, aquí sólo se aprende a amar la luna, las estrellas, las pasajeras nocturnas de la gran bóveda. Aquí se aprende a amar la tierra (la Pacha Mama), se aprende a amar la descendencia, a proyectarse como persona mejorada, aseada de las pesadas e incómodas escorias que ajan los cuerpos y las mentes. Aquí se aprecia desde la techumbre la cara oculta de la luna; el universo que existe al interior de una gota en el aguacero; la densidad de la neblina; el sonido inconfundible de las hojas otoñales al desprenderse del ramaje; el olor de las ocasiones cíclicas de la especie, el sabor de los besos, y se aprende a apreciar el reflejo de la luna bañándose desnuda con su hermosa palidez en el famoso tranque del refugio. Aquí nacen los poetas y las POESILLAS de Agustín Carrera. Caminar hasta el refugio puede significar lo uno o lo otro. Lo cierto es que es cuestión de fracaso o de renovación. El fracaso es algo que nosotros valoramos como si se tratase de lo más sublime del mensaje; como si caminar hasta el portón e introducirse en este refugio fuese la vida misma. No es un asilo para siempre, es una etapa donde el aprendizaje apremia, puesto que la cuerda floja también tiene sus tiempos y estos no son muy extensos que digamos. En fin; este atelier es el lugar ideal para los científicos locos; para quienes deseen encontrar las respuestas de la teoría cuántica. Para quienes quieren respuestas de las frágiles razones del desamor. Para uno que fabrica POESILLAS, su atelier, ciertamente, es fundamental. Entre maderos y ladrillos, entre aserrín, fierros forjados y cuanto artificio reciclable se amontona en el refugio, reavivamos la llama del amor antes de que esta se apague. Lo hacemos mientras recomponemos las famosas POESILLAS; mientras se refaccionan las hebillas con una hebra de palabrería, tal como lo hace una doméstica poe-silla, y mientras el carpintero del mensaje mantiene vivas nuestras esperanzas.Plop 

PERDURA LA DURA BLANDURA DE LA LITERADURA

El casi vate de la provincia del Merken Agustín Carrera vaticina aferrado a la bacinica; poco antes del chirreo del cierre del portón y la dolorosa ponencia de la tranca, que el lalismo proliferará como las callampas después de la temporada del destape de la olla y de los húmedos aguaceros. Nuestro refugio sobrevivirá incluso a la suerte del campeón del club de rayuela, y será -  aún a pesar de las más oscurantistas tentaciones -  asilo de ilusionistas, soñadores y astrónomos de techumbres resquebrajadas. Actualizado hoy después de ayer por: Zara Güelles (http://www.mascahuin.cl) © Copyright  Que significa ser un lalista; un patachero, un poetante, un equilibrista de la cuerda floja o uno que chirrea en el camastro; o que simplemente se adhiere a esta novedosa corriente de la literadura.Allá en el tranque, sin catalejos ni visores es posible ojear de reojo la pálida desnudez de la luna. Ahí, ella suele bañarse totalmente desnuda y deshojada de sus casi trasparentes escamas plateadas, sin la gris careta de aquella esotérica sonrisa de padre y señor nuestro. Esto de ojear la cara oculta de la luna, se puede conseguir gracias a la existencia de una astillosa rendija en la portada de nuestro refugio de techumbres enlatadas. Techumbre que entre otras y ostras atesora mudas dunas de dudas adormiladas. Aquella rendija de historia furtiva fue causada por el descarrilamiento de un celoso hachazo. También se puede otear a la pálida luna a través del ojeroso ojal de una enigmática clave de sol; o por el ojetillo limado por uno que aún no aprende a doblar las esquinas; que además ni siquiera sabe atinar con los plateados jubones que guarecen la castidad de un nogal y sus nueces desnucadas. Las heridas del portón - sin pretenderlo - son el resultado de más de un bullicioso aterrizaje forzoso; unos acaecidos al anochecer y otros al amanecer, después de un oculto rechinar de infidelidades.  ¿Desaparecerá la literadura de las páginas del pasquín “La Oreja de Van Go”, una vez que deje de hacer gárgaras el último héroe de las palabras? Siempre es bueno deleitarse con tan hermosa imagen juvenil – me refiero a la de la luna bañándose en el tranque; entonces para que suponer más calamidades en una techumbre de calaminas quejumbrosas, si el sol, finalmente brilla para todos y para cada uno de nosotros; y la luna nos invita además a los aullidos nocturnos de junio, como a todos los parias solitarios del mes siguiente. El lalismo no es un puro cuento ni tampoco tiene resabios de anacronismo; es un objeto de deseo casi cartilaginoso, pegajoso como el abrazo de un oso; donde muchos poetas se atreven y hacen apuestas para sortear las numerosas páginas blanquecinas de un portentoso mamotreto - lo hacen, aunque digan lo contrario, púes necesitan amortizar las deudas que tienen con la cuerda floja y, con esto de rimar de a dos en la tibia blandura de la literadura. ¿El refugio tampoco desaparece?El refugio será siempre asilo contra la opresión del uslero y del rudo castigo de la escoba. De aquellos dos instrumentos; uno es volátil. Siempre es usado para voleos de bruja y el otro es rastrero como el polvo sin viento de medianoche; y siempre es usado para masajes de chicharrones en la nuca. Ambos; les aseguro - después de todo - son armas inútiles para el hombre libre. Ninguna de las dos armas atraerá la mirada enamoradiza y ardorosa como lo hace la luna desnuda en el otoño. Ellos, aún a pesar de las amenazas, persistirán, perduraran, permanecerán y quizás, hasta se hagan perennes como los viejos héroes de las palabras. ¿Por qué perduran tanto los lalistas, los patacheros y otros amigos suyos? Quizás se deba a que son revitalizados; vitaminizados o realzados - si usted estima mejor - con mejunjes extraídos de las alcachofas azuladas, que brotan en el jardín de una coqueta vecina descorazonada y, que además ha enviudado de a dos veces por cada cacería de lobos encadenados.¿Quiénes perduran más? Quienes de seguro permanecerán vivitos y coleando hasta el último ocaso del rey descascarado o descorchado si le parece; sin casco ni corona, serán los ideólogos y los simpatizantes de la “Demosgracias por el Común Nuestro”, también ocurrirá lo mismo con los patacheros y por supuesto con los anónimos poetantes de la comarca; sobrevivirán también los astrónomos de la techumbre de lata - entre otros muchos más. ¡En fin!  “No creo que el lalismo deje de existir después que alguien acierte con el tejo aceitado en el lienzo tensado”. ¿Cree mucho en la tendencia de la literadura?En cuestión de revoluciones inmortalizadas, sólo hay que recordar la iniciada hace más de dos mil años por un carpintero, allá en la Galilea. La nuestra no es comparada a ella; pero nuestra revolución hace escuela del mismo amor. Recién aparca sobre los tejados del heroico refugio de la comarca, y, no piensen que sólo hablo de su única radioemisora en la repartija del dial. El palabreo del lalismo se filtrará tanto en el dial como en la laguna, como todas las miradas de reojo, donde desnuda se baña la luna - de la misma manera como lo hacen las sondas aeroespaciales, y las estratosféricas soluciones de un respiradero construido para desintoxicar a un mundo de pacotillas, allá abajo, donde nosotros no nos gusta estar. Agustín Carrera, quien actualmente se encuentra en la piltra de la literadura, observando la fragmentación de la techumbre. Esto por la mirada mercantil de tanto  astrónomo enganchado a las rebajadas de precios, durante la subasta de los marsupiales – adosados a las bajadas de humos; ahí instaladas para los aguaceros de estrellas y los chubascos de luna llena; nos señala que no existe más reconfortante ocio que aquel utilizado para pensar sobre lo impensado de lo imposible; para ocuparlo en aquello que es recreado como un pie anclado al lecho de las perillas relucientes, como si se tratara de un oasis reverdecido antes de terminar con la traviesa travesía de un trastrabillado; o como para hervir el mate de hierbas pensando en aquella cuerda de reloj inhabilitado, empotrada como aserrín a la inestable cuerda floja, sólo para ver cómo alguien a lo lejos hace subterfugios de leguleyo, con la vaga intención  de  equilibrar un limpio tetraedro imaginario.  Y en cuanto al estante o librero que guarece el perol de la sopa de letras, o dicho de otra manera, el resumen de todas las disfunciones literarias de sus amigos ¿Tiene herederos?El casi vate propone la creación de una fundación sin fines de lucro ni lacra alguna de por medio, menos del lucro aspirado por los platacheros; o sea los que saborean el dinero y la plata. Piensa hacerlo así para que los demás que vienen por el camino de la palabra puedan gozar de esta originaria filosofía; tan simplemente cariñosa como atávica lo es en los afectos. Situación que nos obliga a no pensar siquiera en hervir los lomos de los libros, las cuartillas embadurnadas con mezclas de cola fría y algo de cola de mono. De más está decir que no es necesario hervir en los labios ciertos apellidos faranduleros, ni menos papelillos de puchos innecesarios carentes de alguna importancia. Esta última es considerada como una ordenanza contundente, que prohíbe estrictamente el desalojo y el deshoje sólo por el placer de paladear la sabrosa sopa de letras ¡No es necesaria tal atrocidad! "Así que hechos como la digitalización del pensamiento, la ausencia de cuenteros a la salida de la banca de la plazoleta, el arranque de butacas o el deshoje prematuro de una desbaratada rama seca, no nos desesperan", dijo el casi vate.Sobre la transición de un ornitorrinco que se hizo danzarín en un canal de televisión, el casi vate escribió un epitafio en el travesaño del arco iris, donde hizo su primer gol desde las medianías de la cancha de aterrizajes forzosos y, donde convirtió la magia del mítico bosque contorneado en una simple hechicería de una vieja gitana urbana; la que alguna vez fue amalgamada para hacer reír a un desdentado con muy mal estado de temperancia. "Lo peor que podría ocurrirnos es que el lalismo se paseara adormecido por la avenida de los cangrejos, después del asomo de un indicio que no se atrasa por una brillante alopecia” Desde entonces; previo aviso de la adormilada almohada; los patacheros y demás cofrades comenzaron a practicar la antigua dieta de la luna, mientras se saboreaban ojeando a la misma, por la parte oculta de sus rostros, en el tranque de aquel refugio de acolchonados malabaristas” nos indicó el casi vate, algo molesto por la exigida dieta, ahora propuesta.Nada podemos descartar en este sombrío panorama de derrames y ramas multiformes, donde algunos discurren a lo lejos con cierta desazón y sin que les caiga la teja de aluminio retorcido. Tengo la esperanza que detrás del otero se encuentre la marmita de un ermitaño bueno para los presagios y palabreos de atardecer; como los vividos cuando era un ferviente admirador de las estrellas; allá en el veraneo campestre de La Rinconada, y mi tío Enrique se esmeraba en aderezar caldos de cabeza, urdiendo narraciones de sabrosa mitología campestre.  Luego el casi vate nos agregó que en la comarca del Merken, aún existen melancólicos que machacan el maíz con morteros y bombardean con sus bazucas energéticos chicharrones, creyendo que con esto aplacarán el cacareo de gallinas y sus polluelos más hambrientos; y que por sobre todo, la pólvora no se podría inventar una vez más, por que simplemente esto sería un asunto de plagio intelectual; de explosivas consecuencias; sin embargo en cuanto a repetir de curso, nadie está exento del pago de la tarifa para asistir otra vez a la aula de los aullidos. Donde de seguro, cualquiera puede deshacerse con todas sus ganas de una deslenguada boquita de cereza; una profesora de lenguaje u otra de números caligráficos. En definitiva nadie podría insistir en esta torrentosa corriente de áridos alaridos, sin embargo esto no quiere decir que otros sean incapaces de armar camastros acojinados para conocer y vitorear vivas a la incipiente literadura; tan mejores y diferentes como los hizo el casi vate; ya sea de manera solitaria o colectiva; o como lo hacen hoy los antiguos héroes de las palabras, en silencio y por debajo del polvo desenterrado ¡Esto no nos importa! Creemos en los jóvenes de incipiente espíritu patachero; quienes, ciertamente sabrán ocupar los batiscafos aerospaciales que se sumergirán en el borde del océano virtual; o quizás en la vieja techumbre del consuelo nocturno. Plop

EL PERIMETRO DE LA PERILLA

Esta será la primera ponencia del casi vate Agustín Carrera, con carácter de proselitista y, donde se intentará explorar la perilla creacionista en el perímetro de los sentimientos. Se reproducirá en la presente el mismo lenguaje utilizado para embolinar a la editora del pasquín La Oreja de Van Go. Esta es una de las revelaciones astrológicas más vanguardistas del siglo veintiuno.  Actualizado hoy después de ayer por Veri Cueto (www.mascahuin.cl) © Copyright.         El inesperado prontuario redactado con la genialidad del lalismo y, aderezado con los hervores culinarios del patachismo, se ha visto ensalzado con el estallido apropiado de placenteros objetos literarios; todos ellos, por cierto, asomados desde las alturas de las herrumbrosas pilastras del belvedere, en el mítico refugio donde se han instalado hasta hoy – y en la titilante bóveda celeste - las más irreverentes propuestas de camastros, desde entonces y hasta siempre – por lo que se puede observar.             Lo anterior; según se pregona: para recuperar el esquivo y orgulloso querer de una antojadiza editora, y de cuantas hay, féminas por ahí.         Esta es la distancia más cercana hallada, entre las migajas de la hallulla y la aparentemente inconmovible astrología estelar; algo que por cierto, también es observado con acuciosa suspicacia por la heroica cofrade de la literadura. El presente prontuario tiene como propósito explorar una de las facetas más desconocidas, del enigmático casi vate.           El irreverente patachero de la provincia del Merken, el casi vate Agustín Carrera, confiesa que antes del despegue en la techumbre de la literadura, apretujó la miga del pan amasado y a la amiga de la hormiga azul; rebanó a la crujiente hallulla de Cachiyuyo y sorbió en la blancuzca ubre de la vía láctea; se desinteresó de la que era humeante tortilla de rescoldo, sólo por que el bicarbonato y la ceniza de hualle – dice - le hacen hervir su delicada tripada. Y que mucho antes de esto, se arrimó a la tarima de la rima campesina, ubicada en la techumbre entablada en lo alto del refugio y, que después pasó a llamarse “Observatorio Astronómico de los amigos de la NASA”; así es como ellos mismos se denominan y, cuya sigla significa “Nada Saben, ahí aprendió a auscultar con las lentes del catalejo los misterios insondables del profundo espacio de una marmita. Solitario indagó en lo insólito de la soledad, y aromó con el perfume original de la creación los primeros fulgores de la gran explosión.           Él es quien averiguó la distancia exacta entre las estrellas de la farradura (farándula), y fue él quien pudo describir con mayor certeza el monótono rechinar de algunos camastros ajenos. Averiguó esto último en esa ciudad donde se dice: se mira a Dios (Miradios). Se dice que es sólo en esa urbe donde sucede esto; por que es la única ciudad que tiene vista privilegiada al paraíso; y que es el único lugar - hasta ahora cartografiado - donde los románticos navegantes, los bulliciosos artistas del rechinar y los anónimos agentes de la poesía, no pueden extraviarse al adentrarse en la penumbra de sus bosques por las huellas de sus paisajes, ya que todo está iluminado con linternas de luciérnagas cautivas, que alumbran sin egoísmos los parajes a todas las parejas.          Esta será la primera edición mecanografiada de una ajada bitácora estelar, escrita con tinta de octópodo, para una reconciliación de dos estrellas fugaces que deberían colisionar en algún lugar de la mar virtual, en dos coordenadas cruzadas en la inmensidad del espacio y del tiempo, en alguna ágora diseñada por el iracundo Neptuno.        Se diseñará para tal ocasión y, para las nuevas generaciones un mapa estelar, turístico, gastronómico y oceanográfico; se contará además con una carta sinóptica y meteorológica describiendo y enumerando las galaxias que ya han colisionado en la mar. Además se dibujará un mapa interestelar y se contará con otro, donde se indicaran las precipitaciones que zozobran en el valle del silencio; con sus príncipes y sus principales principios; valle - en todo caso - al cual, nadie quiere ser invitado si no es por causas muy justificadas.          Quienes sobrepasen la barrera del sonido montado en una carlinga pilotada por una oruga, serán investidos con atuendos de duendes nupciales; y obligados a digerir diccionarios completos; de la “A” a la “Z”; y así, debido a toda la palabrería carcomida y a los lenguajes aprendidos, serán conminados a relatarnos sin abrelatas el largo viaje, mientras continúe  la reconquista espacial.         Se sugiere entonces a los osados jinetes del hippismo que, enganchen al refugio de la libertad la inigualable nave del placer; que además no dejen abandonada o en el olvido a la mitología aquella que habla de la doncella mal herida, para que no tengan que zurcir nuevas calzas y juicios a motoristas sin destino; miren que estos son inútiles y absolutamente innecesarios; ya que ahora la aventura la dirigen los amantes que aman la tierra y sus criaturas.         Quienes deseen aplazar las plazas deben hacerlo antes de la invención del bolígrafo, antes de todo lo inventado, antes del telégrafo. Deben hacerlo antes del principio y al final de los términos de la tasación del metro cuadrado en cada planeta del sistema. Después del punto final y antes de las comas, comillas y comilonas. Debe ser después del dolor de muela por causa de un batatazo en la cabeza de Nerón (el primer fueguino de la era abdominal). Debe suceder entre la confusión y el griterío, pues la confusión le permitirá sorprender polillas volando a baja altura; y el griterío - que las dejará sordas - evitará que puedan seguir escuchando tanta lesera. De esta manera podrán conseguir mejores resultados “ellas son muy tercas y orgullosas”; además de indefinidas, indecisas y caprichosas. Debe suceder antes del silencio de los acordes de los cantores de la nueva ola; cuando el tintorro recién empieza a derramarse por descuido de los osados surfistas, y cuando el gallo deje de cantar en la esquina donde vive mi tía; la tal Eduvigis.         La comarca apuesta a la reconquista de la arisca editora. La pata salvaje de la gallina será deshuesada después del hervor para el cocimiento en el perol; en la olla de la tía esa, que se llama todavía Constantina. Son las exigencias culinarias de la vieja anciana del faldeo cordillerano. De este modo se pretende evitar atragantamientos y dar pie a un buen sopeo entre pataleos de patacheros. Esto acontecerá después que todos aterricen en la techumbre del refugio, después de los fascinantes viajes encumbrados.        La fascinación del casi vate con el deslenguado lenguaje de los patacheros, abrió el apetito en las horas siguientes a su despertar de la ponencia de la literadura. Él nos relata ahora que durante ese lapso, amasó una enorme fortuna de amigos; pero que en el interlunio no supo capturar el reflejo de la cara oculta de la luna; ni tampoco aprendió a protegerse de la a veces inhóspita soledad. El casi vate pensaba que esto del amor estaba impregnado de una magia muy diferente a las otras magias conocidas; pero se equivocó rotundamente. Le sucedió como a muchos otros patacheros que pululan como pelusas suspendidas; cada noche, en los pasillos del refugio, atisbando mariposas para un largo paseo nocturno en las estrellas.  Plop

COCTELERA DEL CASI VATE

Pasquín “La Oreja de Van Go” revela los ingredientes del mejunje utilizado por el casi vate como brebaje mañanero, para capear la oleada de malos síntomas debido a los aterrizajes forzosos acaecidos en las resbaladizas pistas del camastro; en las autopistas de ciertas chinganas y en cuanto pijama party se asoma; donde cae, rebota y despierta como si fuera un bulto de utilería y, en calidad de un hábil paracaidista de mil descensos. Actualizado hoy después de ayer por Mara Cuyá (www.mascahuin.cl)       © Copyright                                                                                          ¿Cuáles son los componentes del mentado brebaje? Uno de los componentes de este brebaje se asemeja al “levanta muertos” mezclado por la tía Cloromira y, usado eficazmente – frecuentemente, según las rimas deslenguadas de algunas mujeres del barrio más izado del puerto de los truenos, allá, en la otra esquina de la economía. Mientras la fantasía de la parienta era estimulada durante sus desvelos, instándola a concretar los más exitosos apareamientos con su embriagado esposo. El brebaje consiste en la mezcolanza de harinas tostadas con pipeños de enjundia y cepa criolla muy apetitosa por estos lares; que, aliados con otros brebajes efervescentes – por cierto - recetados por el único boticario del empinado barrio, son capaces de levantar hasta los añosos durmientes de la línea férrea. Este brebaje no excluye a los opíparos café expresos aconchados en tazones de hondo talaje - recomendados por otros curadores, de igual o mejor resultado, en esto de aliviar tan incómodos malestares – brebajes que en todo caso deben ser degustados con o sin toma de conciencia. ¿Además de esto se necesita algo más?Es aconsejable realizarse un sobaje con ungüento hecho de cenizas de puchos, amalgamadas con olorosos óleos. Estos amasijos corpóreos deben ser aplicados durante unos cuantos minutos, ojalá previo a ese ineludible chapuzón en la tinaja de agua fría, de indiscutible resultado; siempre y cuando el acuatizaje se haga en la mismísima y desnuda intemperie. Acción – en todo caso - de “pela cables” que,  además, se recomienda, debe ser ejecutada mientras las primeras notas del canturreo del gallo ensordecen a los viejos durmientes mencionados anteriormente. Esto último podría ser reemplazado por una certera zambullida en la noria o en alguna acequia de regadío agrícola, como la que serpentea frente al mítico refugio de los poetantes. Para realizar la presente cura descrita, se requiere ante todo de la mayor precisión y certeza, pues los rasmillones y contusiones debido a una caída libre mal calibrada, podría causar males peores, como la asistencia a una serie de sesiones curativas de otra índole.  ¿Es recomendable el brebaje, masajes y chapuzones para la cura?Estas cardiacas curas (sanaciones) no son aptas para quienes sufren de espanto o tienen callosidades en las uñosas agarraderas, o padecen alguna enfermedad derivada de la alopecia, calvicie o del severo lampiñismo; pues horrorizan hasta los mismos fantasmas de quienes sufren el deliriums tremens y, su carnavalesca parafernalia de terrores causados por los terrones de azúcar mal sancochada. ¿Qué mejor cura entonces para la fea resaca?  ¿Es bueno fregar el piso para pulir las tablas enmohecidas por el llanto?Al parecer el polen de las mieleras y los huevos de las ponedoras; indistintamente, tienen como enredoso lío de vida, crear inestables conventillos para urdir canallescos acosos y, con las mismas consecuencias de siempre; con, también, las mismas circunstancias de otrora. La ebriedad, la embriaguez o cura como también es conocida esa sensación de inestable mareo etílico, nace del amargo llanto de la pena o, quizás, del mismo propio despecho. También lo hace desde las lúdicas alegrías pasajeras de la vida. Es que el desorden químico y psíquico es tan natural, como lo es la pediculosis en los escolares de la primaria. Hay quienes amenazan con dar a conocer la dosis exacta de las sustancias utilizadas, para conseguir sus propios brebajes curadores; ya que saben cuanto valor se apiña en esto de la bolsa de comercio y, por que además, ya saben de que se trata esto de los delirios que amenazan con peligrosos desequilibrios en la cuerda floja, sobretodo de aquellos causados por una jarana o, los que se asoman durante el voleo a mansalva, para el manoseo de una mariposa en medio de la bandada de la última chingana abierta.¿Existe alguna alternativa?El pipeño es el antidepresivo por excelencia para los heridos con las saetas del acoso querendón. El tintorro – como es sabido - provoca, tanto para las bendiciones del camastro como para las peores deformaciones faciales – las acontecidas en una mala noche de juerga, por ejemplo - las mismas consecuencias y las mismas ideas de un tambaleante conquistador de pacotillas. Se diría entonces que las mismas consecuencias son capaces de equilibrarse por si solas, bastante bien, en cualquiera de los dos cabos de la cuerda floja. Quienes pretendan dulcificarse con el néctar de una esquiva boquita de cereza y, quienes necesiten embragar su propia caja de cambios para conseguir adecuadas velocidades o, quienes requieran arrancarse las jinetas para besar la novia del bello teniente, deben buscar primero estos milagrosos brebajes. No deben olvidarse que así es como se arrastran los pesares al camastro - muchas veces – hasta se esconden entre los armarios, alacenas, estantes, roperos y buhardillas de sus propios hogares; e incluso debajo de la escalera. Así, con tanto escondrijo de por medio es difícil encontrar el rumbo que nos oriente de a uno, directamente a la recta pista de aterrizaje; donde, por cierto, además, se encuentra la fría y triste realidad. Hay quienes, en consecuencia, se encuentran de sopetón con ésta; ya sea con un uslero amenazante o con retumbantes monsergas de bruja encolerizada. Tan desagradables como lo son las molestas órdenes del sargento para conseguir obediencia en la barraca del regimiento.  ¿Se trata de una heredad, esto de la saudade, esto del insomnio, la depresión y el suicidio colectivo?Qué los lalistas, patacheros y poetantes tengan problemas para el roncado y el sosiego antes del canturreo del gallo madrugador, teniendo así que acudir a la ingesta de variopintos brebajes y, mientras la tertulia no acalla entre los recovecos del refugio. Y que posteriormente utilicen mejunjes para apaciguar incómodos malestares de tripadas; sin mencionar los síntomas nefastos de la resaca con oleajes y tinnitus incluido; no quiere decir que sean males exclusivos de sus afanes. Nadie podrá evitar las curas y las respectivas curaciones de futuros discípulos, ya sea de los que se asilan en el refugio del casi vate, o de aquellos que se esconden debajo de los puentes, o en los camastros emperifollados con sabanas de seda. ¿Tinnitus?Si, es eso que, con mayor  frecuencia, atormenta a los diagnosticados como acúfenos. ¿Me escuchan? Es ese nefasto ruidito; que, cual oleaje de mar agitado, similar también al chisporroteo de huevo frito en un hirviente perol, molesta hasta conseguir el desequilibrio sobre la solvencia de una formidable cuerda floja. Esto tampoco es exclusividad propia del medio, donde la literadura se asoma como el único apostador horizontal de la vida bella y, con ojos entrecerrados, hurgando la figura tersa de una fémina en la penumbra. Cuyos discípulos tienen además como único objetivo, arrumar la mágica garúa del sur con la silente soledad misma del planeta; existente sólo allá, en los arenales energizados del hermoso norte arenisco. Esta es la simbiosis de la palabrería culta; de la buena palabra y de la constructiva evolución del armatoste de los horarios; del artilugio de las maravillas oculares; de los paisajes y las vibraciones imperceptibles de la naturaleza. ¿Qué pasa si no pasa algo con el brebaje?Esta es la ocasión propicia para internarse en un centro de rehabilitación,  especializado en tratamientos de adicción curativa o, para tratamientos de curaciones palpables antes de la cura, en medio de la cura y después de la cura. Cada caso es particular; pero también es conveniente recordar que hay algunos, cuyos requerimientos curativos pasan por las sotanas de un cura. Sin embargo los dardos, los dados y los dedos adiestrados para la magia y la magistratura, para la atadura y la literadura, sólo requieren de este humilde brebaje mencionado anteriormente. Cuando el pálpito hace que el papel del púlpito sea escrito diestramente por la mano del escritor, entonces es ahí, en el pupitre, cuando podemos afirmar, como consecuencia lógica, que el latido está enrielado correctamente en las cuartillas; en las líneas desordenadas de cualquier parte de matrimonio realizado en un cuchitril cualquiera, como los que se llevan a cabo en la techumbre del refugio del casi vate, al borde del colapso por un caso de lapso mal estacionado. ¿Es tan cierta la receta?La receta es casi siempre incorrecta; es casi siempre esotérica y quizás hasta sea secreto absoluto, de todo aquel que se asila en el estado etílico sin cartografía alguna, aún; como ocurre con el territorio de los lalistas acostumbrados al palabreo en las esquinas; a las tertulias en los antros donde se quita la pena. Eso si; se advierte lo siguiente: los contribuyentes que osen delación o auscultación de la zupia al fondo del perol del cocimiento, serán torturados con el silencio de la palabrería más austera de los neonatos y, además, castigados con la ceguera misma de la sombra más oscura. ¡Que atrevimiento más torpe! – Madre mía - ¿No? Es como si el feto estuviese resignado a describir la crónica de su nacimiento. No, pues, eso no es posible. El secretismo del que nace también tiene sus ventajas. ¿No cree? Hip